Después de una reforma o una obra lo más habitual es que se haya producido mucha suciedad a causa del polvo, escombros, restos de materiales… Todo esto hay que limpiarlo y de manera exhaustiva, y no es una tarea muy agradable.

“No es más limpio quien más limpia sino quien menos ensucia”. Es una frase que hay que tener en mente cuando se lleve a cabo una reforma o una obra, porque si esto se materializa la limpieza de final de obra será menor y más fácil.

Consejos para evitar suciedad en una reforma

Las obras siempre conllevan suciedad y es imposible evitar que haya polvo en la vivienda, oficina… también en obras o restauraciones de fachadas se produce suciedad, no solo se da en obras de interiores.

Para evitar tener que trabajar más en la limpieza de final de obra podemos llevar a cabo una serie de acciones como:

  • Cubrir los cristales y las puertas con papeles especializados o con plásticos. De esta forma no tendremos que usar tanto tiempo en la limpieza de las ventanas. En caso de las obras en fachadas es un paso muy importante, ya que es en las ventanas y cristaleras donde se va a acumular todo el polvo.
  • Con los suelos hay que tener especial cuidado. En función del tipo de pavimento tendremos que usar un material u otro. En cualquier caso hay que evitar el daño y la suciedad protegiéndolo de forma eficaz para prevenir daños que puedan ser irreversibles.

En el caso de los muebles, lo más habitual es retirarlos de la zona donde se va a llevar a cabo la obra. De esta forma no tendrán suciedad al final del trabajo. En caso de que no se puedan retirar la estancia tendrás que agruparlos y protegerlos con un plástico y una tela.

Limpieza después de una reforma paso a paso

Después de la reforma llega el paso más arduo y que más trabajo lleva: la limpieza. En caso de que tengas que limpiar una casa después de una reforma queremos compartir con vosotros los pasos para hacerlo de forma eficaz y sin perder tiempo.

  • Quita el polvo. Lo primero que hay que limpiar es la suciedad superficial, tanto en los muebles como en el suelo. Para quitar el polvo debes retirarla primero de los muebles más altos y descendiendo hasta el suelo. Finalmente deberás aspirar el suelo de toda la vivienda en profundidad.
  • Limpiar paredes y techos. Aunque no se note, habrá restos de polvo y suciedad en estas superficies. Para ello te recomendamos que uses plumeros o trapos atrapa-polvo ya que de esta forma conseguirás que el polvo no se desplace a otras superficies.
  • Elimina las manchas más incrustadas. Es decir, aquellas que se han creado entre las baldosas, en las juntas o esquinas. Este tipo de manchas son complicadas de limpiar y hay que eliminarlas lo más rápidamente posible.

Después de todos estos pasos conviene llevar a cabo una limpieza de repaso, en la que se limpiará de nuevo los muebles, se pasará el aspirador y finalmente se fregará el suelo.

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